Para la acampada del puente de los Santos, del 29 de octubre al 1 de noviembre de 2010, la asociación de campistas fue convocada al paraje de la Ermita de Ntra.Sra. de la Fuensanta, en Montoro (Córdoba). Acudieron a esta cita 23 instalaciones y 1 visita. En total 74 personas (50 mayores y 24 niños). De nuevo el agua hizo acto de presencia, que desmejoro el disfrute de este nuevo lugar, un bello paraje que tuvo muy buena aceptación entre los asistentes, aunque siempre decir, que hubo suerte a la hora de recoger, ya que el tiempo dio tregua para desmontar las caravanas el último día.
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Nuevo y bonito paraje para acampar (Foto Miguel Angel Pulido) |
El viernes fueron llegando a la zona de acampada, con buen tiempo, lo que auguraba un buen fin de semana, pero todo cambio al día siguiente. Menos mal que se había previsto este problema y gracias a la colaboración de la Cofradía de la Virgen de la Fuensanta, que amablemente permitió el uso del salón de la hermandad, los campistas pudieron cobijarse al amparo de una buena candela y una hermosa cocina, y disfrutar así de la acampada en mejores condiciones, pudiendo realizar todas las actividades previstas para el fin de semana en el interior de este recinto.
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Gracias al salon de la Hermandad, no se mojaron. (Foto Miguel Angel Pulido) |
El sábado al mediodía, se preparó la comida de hermandad con ayuda de los socios, en esta ocasión “papas con costillas”, y después de la comida, la tertulia y los dulces al calor de una buena candela. Sin lugar a dudas, el salón sirvió de mucha ayuda para poder elaborar las actividades de la asociación. También por la tarde se hicieron los juegos de mesa, puesto que la petanca se suspendió. Por la noche se degustaron castañas asadas y batata cocida, acorde todo a la época en la que nos encontrábamos y así hasta altas horas de la madrugada.
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En la entrada del Castillo de Macias "El Enamorado" (Foto Miguel Angel Pulido) |
Para el domingo se había programado una visita a la localidad de Arjonilla, donde a pesar del chaparrón inmenso de agua que acompaño a la excursión se pudieron visitar: el Castillo de Macias “el Enamorado”, de origen árabe, del siglo VIII, una de las fortalezas medievales mejor conservadas en la Campiña Occidental del Alto Guadalquivir desde el punto de vista de sus estructuras defensivas. Declarado de bien de interés Cultural por la Ley de Patrimonio Histórico de 1985, localizado en una zona sucesivamente ocupada, incluso usado de cementerio. Prueba de ello, es la vista de algunos restos de huesos en el lateral de unas escaleras. El recinto se adscribe a la Orden de Calatrava en el reinado de Juan II, siglo XV; la Iglesia de la Encarnación, construcción gótica del siglo XVI; el museo de artes y costumbres en el edificio de la casa de la cultura, donde se visualizó gran variedad de antiguos enseres; y el centro de Interpretación de la Guerra Civil Española, donde no se pudo visitar el refugio subterráneo por problemas técnicos. Al terminar las visitas se pudieron dar cuenta de las buenas tapas de los bares de la zona.
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Ganadores del concurso de disfraces de adulto. (Foto Miguel Angel Pulido) |
De vuelta de la excursión y ya después de la comida y del café, el personal se preparaba para la gran fiesta de Hallowen que tendría lugar por la noche en el salón social. Con sus mejoras galas o peores, según se mire, se celebró el desfile de disfraces para la obtención de premios y regalos para los más originales. Casi todo el mundo se disfrazó y se disfrutó de un buen rato, entre risas y sustos, y con reparto de chuches y gominolas para todos los niños en la cámara del Gran Brujo, que hizo las delicias de los niños que se atrevieron a visitarla. Al final el jurado valoró los disfraces quedando de este modo: adultos: 1ª Mª Carmen, 2º Ildefonso y 3º Manuel Fuentes, y en niños: 1ª Francisco Jesús, 2ª Silvia y 3ª Raquel. Enhorabuena a los campeones. Después continuó la fiesta con gachas y papas asadas.
El lunes como viene siendo habitual en las últimas acampadas, el ultimo día, se levantó con buen tiempo, lo que permitió airear un poco los trapos, limpiar las huellas de las lluvias, secar los enseres de acampar y recoger todo medio en condiciones. Al mediodía tocaba comer al solecito que tanto se echo de menos en el fin de semana, que se hubiera disfrutado mucho más de no ser por el agua. Después del café y las pastas cada uno a casa, y hasta la siguiente acampada.
Miguel Angel Pulido
Vocal Act. Deportivas